La lluvia y la nada.

12.11.2012 20:49

Estos días en los que el cielo se encuentra completamente cubierto y gris e inexplicablemente la luz es cegadora, a mi parecer todo coge un cariz azulado. Y es imposible describir la serenidad que siento, parece que todo fluye como el agua. Mi cabeza se va quedando cada vez más despoblada, ya no hay preocupaciones ni miedos solo queda lo más básico, lo más natural, un puñado de instintos que despiertan y se desperezan lentamente. Es la liberación de estos instintos la que me hace sentir una libertad absoluta, reduciendo ese gran peso que nos atormenta tan incesantemente a la nada.

Así pues no podría estar más de acuerdo con el dicho “después de la tormenta viene la calma” solo que en mi caso es la tormenta la que trae consigo la tan ansiada calma.